jueves, 3 de marzo de 2016

Acerca de que sólo hay una senda que lleva hacia lo bello


Si tú puedes concebir a Dios, concebirás también lo bello y bueno, lo soberanamente luminoso, lo soberanamente iluminado por Dios; pues esa belleza es incomparable, y esa bondad inimitable, tal como Dios mismo. Por ello, la idea que te haces de Dios, debes hacértela también de lo bello y bueno; pues, desde el momento mismo que ellas son inseparables de Dios, esas cosas son incomunicables a otros vivientes que no sean Dios. Cuando vas en busca de Dios, es también hacia lo bello que vas. Porque no hay más que una sola senda que lleva de aquí hacia lo bello, la veneración acompañada del Conocimiento.

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