jueves, 20 de enero de 2011

Acerca de denominar Padre a Dios

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L a otra denominación de Dios es la de Padre, a causa de su virtud de crear todas las cosas: pues es al padre a quien pertenece el crear. La gente sabia considera la procreación de los hijos como la función más importante y santa de la vida. Por ello el hecho de que un hombre la abandone sin un hijo es tenido por el más grande infortunio y el mayor de los pecados: y un hombre así es castigado por los espíritus después de la muerte. Y he aquí cuál es el castigo: el alma del hombre que muere sin hijos está condenada a entrar en el cuerpo de un ser que no tiene ni la naturaleza de un hombre ni la de una mujer, lo cual es objeto de execración por parte del sol. Por ello, Asclepio, guárdate de felicitar al hombre que se encuentra sin hijo: por el contrario, ten piedad de su desgracia, pues conoces qué castigo le espera. Pero ya esto es suficiente, Asclepio, en tanto que conocimiento preliminar de la naturaleza de todas las cosas.

miércoles, 12 de enero de 2011

Dios es el Bien y el Bien es Dios



Porque la amplitud del Bien es tan grande como la realidad de todos los seres, de los corpóreos y de los incorpóreos, de los sensibles y de los inteligibles. He ahí lo que es el Bien, he ahí lo que es Dios. Por lo tanto no vayas a llamar buena a ninguna otra cosa, pues es una impiedad, ni vayas nunca a dar a Dios cualquier otro nombre que no sea sólo el de Bien, pues eso también es una impiedad. 

Cierto, todos pronuncian la palabra "Bien", pero no todos perciben lo que éste puede ser. Por ello es que tampoco todos perciben lo que es Dios, pero, por ignorancia, se llama buenos a los dioses y a algunos hombres, cuando sin embargo no pueden nunca serlo ni llegar a serlo: pues el Bien es lo que menos se puede sustraer a Dios, es inseparable de Dios, puesto que es Dios mismo. Se honra con el nombre de Dios a todos los demás dioses inmortales: pero Dios, él, es el Bien, no por una denominación honorífica, sino por naturaleza. Porque la naturaleza de Dios no es sino una cosa: el Bien, y ambos juntos no constituyen sino una sola y única especie, de la que salen todas las especies. Pues el ser bueno es aquél que da todo y no recibe nada. Pues bien, Dios da todo y no recibe nada. Dios es pues el Bien, y el Bien es Dios.